• 22 de Enero, 2019

¡DIOS REALMENTE ESTÁ VIVO!, DICE VIUDA NIGERIANA

Deborah es una cristiana nigeriana. Su esposo fue asesinado durante un atentado extremista, cuando radicales musulmanes atacaron violentamente a los cristianos de una ciudad en el noreste del país. Hoy, ella es un instrumento de esperanza para decenas de viudas.

Deborah es una cristiana nigeriana. Su esposo fue asesinado durante un atentado extremista, cuando radicales musulmanes atacaron violentamente a los cristianos de una ciudad en el noreste del país. Hoy, ella es un instrumento de esperanza para decenas de viudas.

 

En la región donde vive Deborah, la cultura define que la familia del marido debe cuidar de la esposa y de los hijos huérfanos en el caso de su muerte, pero a menudo los familiares violan el acuerdo. Ellos roban el máximo posible de la viuda para después perseguirla.

Luego de un ataque por parte de un grupo musulmán extremista, Deborah entendió su dependencia de Dios. “Cuando oímos los disparos, salimos de casa; un disparo impactó en mi brazo, y otro en el corazón de mi esposo, provocando su muerte”, testifica Deborah para Puertas Abiertas.

Al poco tiempo, la región volvió a la paz, pero la situación para Deborah solo empeoró. Además de sostener su familia, los suegros de la cristiana la desalojaron de la casa donde vivía para alquilar el inmueble y sacar provecho de la propiedad del fallecido.Resultado de imagen para nigeriana cristiana

Después de sacar provecho de las cosas materiales, ellos la golpearon, humillaron e insultaron, dejándola sola y totalmente desamparada por ser cristiana. No fue hasta un tiempo en el que Deborah conoció un refugio. “Desde que llegué encontré el amor de Dios. Personas que no conozco me apoyaron, cuidaron de mí y oraron para que Dios me ayude”, menciona Deborah.

Hasta el momento la fiel cristiana no entendía el proceso, sin embargo, ella fue el instrumento para consolar a decenas de viudas que sufren, al igual que ella, el desprecio. “Cuando veo lo que soy, pienso: '¡Dios, tú estás vivo!'. Las lágrimas que derramé, hoy son de alegría”, comenta con alegría Deborah.

(*) Nombre modificado por seguridad.

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