Colombia es el único país de América Latina donde la eutanasia en adultos es legal, y ahora también se aplicará en pacientes mayores de 6 años. ¿Cómo determinan que un niño pueda tener conocimiento pleno de la muerte? ¿Qué pasaría si fuera voluntad de Dios sanar a ese niño desahuciado por la ciencia médica, como ha ocurrido muchas veces?
La muerte asistida en adultos está despenalizada en Colombia desde 1997. El año pasado la Corte Constitucional ordenó al Gobierno regular la eutanasia en niños y adolescentes. El Ministerio de Salud respondió con una resolución publicada la tarde del viernes, que la valida y cuya condición es que la enfermedad sea terminal.
El procedimiento podrá realizarse en todas las instituciones prestadoras de salud públicas o privadas, es claro que incluso los trabajadores de salud cristianos podrían verse involucrados y al negarse, tener problemas legales o profesionales, como ocurre en la mayoría de países donde la eutanasia es legal.
Para que se practique esta supuesta “muerte digna”, se tomará la opinión del niño desde los 6 años (en casos excepcionales, aunque quién sabe qué consideraciones utilizarán para determinar la voluntad de muerte en un niño de esa edad), entre los 12 a 14 años prevalecerá su autonomía, pero será obligatoria la concurrencia de los padres y a partir de los 14, solo contará la voluntad del adolescente.
Cuando la gente deja de creer en Dios y en su poder de sanidad, los gobiernos permiten acciones como esta. Cristo es el mismo, Él sigue haciendo milagros, solo basta un corazón sincero y arrepentido para que Dios pueda obrar. La vida y la muerte son decisión única de Dios, el hombre no debe jugar a creerse Dios y tomar decisiones que no le corresponden.
Este es el patrón en los países donde se olvidan del Señor, inician diciendo que lo hacen por compasión pero terminan decidiendo quién puede o no puede vivir. Tal es el caso de Isaiah Haastrup, de 1 año, quien fue desconectado de su respirador, pese a que sus padres se opusieron hasta el final, los jueces habían decidido que muriera. Los médicos alegaron que el niño no se recuperaría, que no podría respirar solo ni 3 minutos, cuando lo desconectaron, el pequeño luchó por su vida y respiró solo casi 8 horas, los médicos estaban equivocados.
Otro caso fue el de Stephen Hawking, famoso científico ateo. Cuando tenía 43 años, sufrió una neumonía que lo dejó en coma, los médicos le sugirieron a su esposa que lo desconectara, pero ella, que es cristiana, oró a Dios, se le hizo una traqueotomía y vivió hasta los 76 años, en ese tiempo de vida el Dr. Hawking ha escrito libros con gran aporte a la ciencia.
En vez de aprobar leyes que favorecen el suicidio asistido, debería invertirse en mejorar los sistemas de salud. Es una pena que se haya validado la eutanasia para niños. La fe puede mover montañas, no debemos olvidarlo.