Este lunes, el movimiento feminista en Argentina realizó una manifestación para que se despenalice el aborto, mientras tanto, el resto de la población se prepara para la marcha provida del 25 de marzo, en la que saldrán a defender a aquellos que no pueden hacerlo. Así como los providas lo han venido haciendo en marchas masivas en Estados Unidos, Irlanda, Bolivia, Ecuador, Costa Rica, España, Chile, entre otros países.
Según la OMS, cada año se producen 55,7 millones de abortos en el mundo. Los defensores del aborto justifican esta práctica en los casos de violaciones, pero hay otra salida: entregar al bebé en adopción. Asimismo, hay una infinidad de testimonios de mujeres que dieron a luz a sus hijos, los criaron y ambos son felices.
Un proaborto también diría que es para “evitar que más niños sufran en la pobreza o el hambre”, pero no hay razón de quitarle la vida a un ser humano cuyo futuro solo Dios conoce; por el contrario, es mejor ayudar a la mujer o a la familia que se encuentra en situación de pobreza y así se evita que los niños sufran.
Sea legal o ilegal, el aborto mata igual. Y en el debateque las corrientes ideológicas han impuesto en Argentina, vale destacar el penoso hecho de que dicha despenalización omitiría expresamente velar por los derechos de la verdadera víctima: el bebé. Comprendiendo esto, millones de personas en el mundo entero, de todas las nacionalidades, están tomando la decisión de defender la vida.
Cada vez son más las personas de distintos países que se levantan, se unen y marchan a favor de la vida de los aún no nacidos. En el 2017, hemos visto la victoria de la vida en megamarchas en Estados Unidos, Irlanda, Bolivia, Ecuador, Costa Rica, España, Chile, entre otros países. Multitudes integradas por individuos que tuvieron a bien defender a los más indefensos, tal y como lo enseña la Palabra de Dios.