El pasado Sábado, 10 de agosto de 2024, los hermanos, pastores y líderes de la Obra del Movimiento Misionero Mundial en Puerto Rico se reunieron para celebrar su gran confraternidad de la Zona 8 en la Iglesia Cristiana Fuente de Amor en el pueblo de Florida.
El pasado Sábado, 10 de agosto de 2024, los hermanos, pastores y líderes de la Obra del Movimiento Misionero Mundial en Puerto Rico se reunieron para celebrar su gran confraternidad de la Zona 8 en la Iglesia Cristiana Fuente de Amor en el pueblo de Florida.
El primer servicio, auspiciado por el Instituto Bíblico Elim, estuvo dirigido al estudio y la enseñanza. El Rev. Rubén Concepción, Secretario Internacional de la obra, fue el exponente de la conferencia de la mañana bajo el tema: “El ministerio de la iglesia frente a los desafíos de un mundo posmoderno.” Considerando el texto bíblico de Mateo 24:14, el pastor analizó el diálogo entre la fe, la cultura y la historia durante las diferentes épocas, y destacó la importancia de conocer las características y los retos de nuestra sociedad para ser esa iglesia verdadera que predica el evangelio de Cristo con amor, testimonio, unción y eficacia.
El segundo servicio de esta gran confraternidad fue dirigido en un ambiente de cántico, alabanza y adoración, donde todos los hermanos gozaron de un culto lleno de la presencia de Dios y la ministración del Espíritu Santo y la palabra. En el culto estuvieron presentes oficiales de la Junta Internacional, como el Rev. Albert Rivera y el Rev. Rubén Concepción, miembros de la Junta Nacional y la directiva del Instituto Bíblico Elim, así como el Supervisor Nacional de Puerto Rico, el Rev. Charles González. El mensaje de la Palabra estuvo a cargo del Rev. Alberto Santana, miembro de la Junta Nacional, quien leyó el texto bíblico en Génesis 30: 22-28 y predicó bajo el tema: “Fe, sustento y provisión divina.” El predicador hizo énfasis en que no hay nada como la fe en la provisión y el sustento divino; porque cuando Dios llama, y cuando Dios está con nosotros hace aquellas cosas que nosotros no podemos hacer. El mensaje concluye con un llamado poderoso donde gran parte del pueblo pasó al altar para reafirmar que nunca se ha tratado de nosotros, sino que todo lo hace el Señor. Por tanto, si queremos que nuestros rebaños y nuestras vidas crezcan, tenemos que vivir dependiendo de Dios, conscientes de que no son nuestras habilidades ni nuestros conocimientos sino el poder que Dios tiene para hacer lo sobrenatural.