Con una gran expectativa, jóvenes de diferentes pueblos de la Iglesia Cristiana Pentecostés del MMM en Puerto Rico, se dieron cita del 25 al 27 de julio de 2024, para ser parte de su Convención Nacional "Mi Vida en las Manos de Dios". Y ese lema fue hermosamente afirmado durante toda la convención, a través de los cánticos de alabanza y adoración, dirigidos por la juventud, y de la Palabra predicada, la cual ministró de manera especial a toda la juventud presente.
Con una gran expectativa, jóvenes de diferentes pueblos de la Iglesia Cristiana Pentecostés del MMM en Puerto Rico, se dieron cita del 25 al 27 de julio de 2024, para ser parte de su Convención Nacional "Mi Vida en las Manos de Dios". Y ese lema fue hermosamente afirmado durante toda la convención, a través de los cánticos de alabanza y adoración, dirigidos por la juventud, y de la Palabra predicada, la cual ministró de manera especial a toda la juventud presente.
En el culto de apertura, Rev. Albert Rivera, Oficial Internacional, fue el responsable de la exposición de la Palabra de Dios. Con el tema “Mi vida en las manos de Dios” y la base bíblica en Hechos 9:15, habló sobre el encuentro de Pablo con Cristo, que marcó su vida hasta el momento de su muerte. Destacando el sometimiento del Apóstol a la voluntad de Dios, el Pastor Rivera aconsejó a los jóvenes a permitirle a Dios obrar en sus vidas a través de una rendición a Él, y les recordó que Dios tiene un plan con ellos.
En el segundo culto, inspirado en el tema: "La importancia de una buena preparación" y utilizando como base bíblica 1 Samuel 16:13-23, el Rev. Rubén Concepción, Secretario Internacional, compartió una poderosa enseñanza en la cual puntualizó que en medio de la batalla espiritual que enfrenta el pueblo de Dios, lo más importante es la vida de cada creyente, quien es el instrumento de Dios, y no aquellas cosas que podamos tener a la mano. Señaló que es la palabra de Dios, su Espíritu Santo y su Nombre lo que Dios le ha dado a cada creyente para poder vencer. Es por medio de una preparación adecuada que cada hijo de Dios podrá llevar a cabo con excelencia la misión encargada por Dios, alcanzando así afirmar sus convicciones para permanecer firme en medio de la batalla y salir victorioso.
El Rev. Albert Rivera fue el instrumento que Dios usó para transmitir Su Palabra en el tercer culto. Con el tema “Joven prosigue a la meta”, basado en la porción bíblica de Filipenses 3:12-14, el predicador afirmó que el enfoque de todo joven cristiano debe ser alcanzar el propósito de Dios. Añadiendo que, aunque tengan metas personales, tienen que enfocarse en alcanzar la meta final de su carrera cristiana. Para ello, mencionó la necesidad de la humildad, de dejar el pasado atrás y del asirse e identificarse con Cristo.
Con los corazones dispuestos, la juventud recibió el mensaje de la Palabra de Dios en el último culto, también de labios del Rev. Albert Rivera, quien dando lectura en Daniel 3:1-7, expuso la exhortación bíblica con el tema: "Nos podrán cambiar el nombre; pero, no podrán quitarnos nuestras convicciones". Haciendo conscientes a los jóvenes de las presiones y de la persuasión del mundo en un intento de cambiar lo que Dios ha establecido a través de Su Palabra, el predicador exhortó a los jóvenes a no doblegarse ante las ofertas del mundo y a mantenerse firmes ante cualquier presión, demostrando que tiene convicciones claras y reales de quién es y a Quién sirve. Usando el ejemplo de los jóvenes judíos quienes, a pesar de las amenazas recibidas, no se postraron ante el sonido de los instrumentos que marcaban la orden de la adoración pagana, el Pastor Rivera les recordó a los jóvenes que "Cuando otros se postren, los jóvenes con convicciones reales, se mantendrán de pie honrando a Dios", añadiendo que "la valentía, fidelidad y convicción de los jóvenes que aman a Dios siempre contrastará con la cobardía de los que siguen las corrientes del mundo".
La Convención Nacional de los Jóvenes del Movimiento Misionero Mundial en Puerto Rico concluyó con la determinación y decisión de los jóvenes de ¡Seguir a Cristo!!!
¡Gloria a Dios!