¡Oración y súplica al Espíritu Santo! Nuestra fiesta dio inicio en las primera horas de la mañana del pasado sábado 10 de febrero de 2018, en un ambiente de clamor e intercesión, donde la juventud reclamaba las promesas del Señor para sus vidas. El retiro nacional tuvo como tema: “Desafiados a creer”, cuya base bíblica Jeremías 20:9. Con coros y alabanza que exaltaban el nombre de nuestro Salvador, el pueblo de Dios se dio cita en la Iglesia del Movimiento Misionero Mundial en Sabana Seca, Puerto Rico. La actividad contó con la presencia de oficiales nacionales, presbíteros, obreros y pastores. En palabras de saludos, nuestro Supervisor, el Rev. Albert Rivera exhortaba a la juventud a mantener la confianza en el Señor porque fiel es su Palabra. En la tarde, la juventud fue segregada según sus edades para recibir la enseñanza bíblica. La Hna. Nadine Lugo fue la portavoz de la palabra para los juveniles de 11 a 13 años. Tomando la vida de Jeremías y el tema del retiro, la Hna. Lugo mostró las herramientas a usar en Dios para vencer los diferentes ataques que enfrentan los juveniles en el ambiente escolar. Recordando que, “Somos hijos de Dios y no nos avergüenza anunciar las buenas nuevas de salvación”. La Pastora Zuleyka Rivera estuvo compartiendo con los adolescentes de 14 a 17 años, quien instaba a los adolescentes a conocer los dones y talentos que Dios les ha dado y les exhortaba a que sirvieran a Dios pase lo que pase; creerle a Dios cueste lo que cueste. “Desafío es más que un reto. La persona que enfrenta el desafío sobrepasa la situación difícil, pero permanece siendo integro delante del Señor”. Por otra parte, los jóvenes adultos recibieron el pan de la enseñanza en labios del Rev. Jorge Álvarez, quien dando lectura en Jeremías 20:9 expuso el tema: “Desafiados a creer”. El Pastor Ilustraba a través de la vida de Jeremías el proceso cuando Dios escoge un instrumento y este decide aceptar el desafío, y creerle. Cuando Dios llama, no espera que le condicionemos, sino que seamos fieles y marchemos hacia dónde nos llame. Otros ejemplos ilustrados fueron la vida de Job, Isaías y Ezequiel, con quienes Dios mostró su poder y su misericordia cuando estos hombres se humillaron ante su presencia y reconocieron que no merecían la bondad de Dios. “Podremos ver a Dios cuando experimentemos el proceso de lagrimas, lloro y arrepentimiento”. Al igual que Gedeón (Jueces 6:26), es tiempo de levantarnos y destruir todo aquello que impide la bendición de Dios, y edificar lo que nos acercará a su presencia. Culminamos el servicio con una oración en el altar, donde el Espíritu Santo fortaleció nuestras vidas para permanecer en el desafío. ¡Una juventud decidida a creerle a Dios!