Con coros de alegría dimos inicio a nuestra primera confraternidad del año 2019. El servicio fue auspiciado por la Juventud del Movimiento Misionero Mundial en Puerto Rico, quienes enfocaron el culto con el tema: ?Dunamis, virtud de su presencia en nuestras vidas?, basado en Hechos 1:8. La actividad se llevó a cabo en la Iglesia de Dios Pentecostal MI, de Río Piedras en San Juan. Sede donde pastores, obreros, líderes y congregaciones se reunieron para glorificar la obra salvadora del Padre.
Con coros de alegría dimos inicio a nuestra primera confraternidad del año 2019. El servicio fue auspiciado por la Juventud del Movimiento Misionero Mundial en Puerto Rico, quienes enfocaron el culto con el tema: “Dunamis, virtud de su presencia en nuestras vidas”, basado en Hechos 1:8.
La actividad se llevó a cabo en la Iglesia de Dios Pentecostal MI, de Río Piedras en San Juan. Sede donde pastores, obreros, líderes y congregaciones se reunieron para glorificar la obra salvadora del Padre.
El Rev. Juan Casiano fue el conferenciante de la mañana, quien dando lectura en Lucas 24:46-49 , expuso el tema: “Dunamis”. El Pastor inició su discurso ilustrando términos importantes como “shekinah”, que es la presencia visible de Dios, la cual tendrá manifestación al ser humano en momentos determinados. La palabra ilustraba que a través de Cristo surge la reconciliación entre la humanidad y el Padre.
“Dunamis se describe como el poder mediante el creyente discipulado está cubierto y es lleno para ministrar los dones espirituales”. El Pastor enseñaba que para recibir el “Dunamis” debemos someternos a Dios, obedecer su palabra y renunciar al “yo” para que Él se haga presente. Su “Dumanis” llegará a nuestras vidas para ser testigos de sus milagros y ganar corazones para el nuevo nacimiento en Cristo.
El servicio de la mañana culminó con una oración pidiéndole al Padre que cada día nos llene de su poder.
Durante la tarde, dio seguimiento nuestra fiesta espiritual en un ambiente de gozo con alabanzas y coros que engrandecían el amor de nuestro Salvador; amor y misericordia que nos permite levantar manos limpias en acción de gratitud.
El predicador del servicio fue el Rev. Edgar de Jesus, quien expuso el tema:“Árboles de justicia, plantío de Jehová”, basado en Isaias 61:1-3. La Palabra nos invitaba a crecer en la obra del Señor, manteniéndonos firmes y constante en la fe que hemos recibido. Sin olvidar que, el principal propósito del crecimiento es fructificar, llevando frutos para Dios.
Usando de modelo la vida de José, hijo de Jacob, el Pastor nos instaba a sembrar y cultivar todo lo que se nos ha entregado, velando en tener frutos dignos de arrepentimiento, acompañados de buenas obras. Los diferentes procesos y tempestades que podamos atravesar no pueden hacernos retroceder de la voluntad de Dios sino aferrarnos a su presencia, pues su gracia y misericordia no se apartará de nosotros si permanecemos fieles.
¡Una juventud dispuesta a conquistar el “Dunamis” del Padre!
Así nos ayude Dios.