El ataque ocurrió mientras Samiha y su esposo Qalini se encontraban en el culto. “Justo antes de las 10 de la mañana, un hombre irrumpió en la iglesia, en un solo segundo la atmósfera pacífica del culto se tornó en un caos total: oscuridad, humo, gritos y cadáveres. Corrí en busca de Samiha pero no la encontraba, los rostros estaban tan lesionados que era difícil distinguir a una persona de la otra”, cuenta Qalini.

Aquel trágico día dejó 24 cristianos muertos y 49 heridos, muchas de las mujeres que estaban cerca de la explosión sufrieron desfiguración en sus rostros. Aunque los médicos pusieron a Samiha en la lista de víctimas mortales del ataque, Qalini la llevó al hospital. “Los médicos pensaron que era inútil tratar conmigo, solo venían a comprobar de vez en cuando si ya había fallecido. Pero permanecí viva”, dice Samiha.

Tras sobrevivir, los médicos empezaron con la cirugía. Fue un largo camino, pero Jesús estuvo presente con ella todo el tiempo. “Recuerdo que vi a Jesús en el techo, cuando estaba tirada en el suelo luego de la explosión. Estaba dispuesta a morir, pero el hecho que me mantuviera viva me demuestra que Él aún tiene planes con mi vida”, explica Samiha.

Nadie puede explicar cómo ha sobrevivido Samiha, pero lo ha hecho. No ha sido fácil para Qalini perdonar al atacante que trajo dolor a su familia. “Cada vez que siento rencor, me siento con mi Biblia y leo donde Jesús habla que debemos perdonar a nuestros enemigos”. Su esposa tampoco siente odio: “si conociera a la familia del atacante, lo único que haría sería preguntarle: ¿Conoces a Jesús? Oro para que lo conozcan”.