La biblia, la Palabra de Dios, habla de sí misma como una escritura verdadera, con profecías y revelaciones que exigen ser tomadas en serio. Sin embargo, la arqueología que, a través del tiempo ha contribuido grandemente a la sociedad, suele afirmar lo contrario. Pero innumerables hallazgos arqueológicos demuestran quién tiene la razón.
Es fundamental recalcar que científicamente la arqueología ocupa un rol importante, pero esto no quiere decir que es capaz de probar que la Biblia es verdadera, hacerlo sería un error. Si la arqueología pudiera probar que la biblia es verdadera, la arqueología sería mayor que la biblia, pero no lo es.Considerando estos puntos importantes, el ministerio apologético Respuestas en Génesis resaltó ejemplos donde se puede apreciar el apoyo de la arqueología a los descubrimientos bíblicos.
1. Antiguamente, destacados expertos afirmaban que el rey Sargón II de Asiria, cuyo nombre aparece en la biblia, nunca existió. Sin embargo, en 1843 se descubrió sobre un arroyo del río Tigris, el palacio de Sargón situado sobre una plataforma de casi 10 hectáreas. En la actualidad, Sargón II es uno de los reyes asirios más conocidos. La biblia tenía razón.
2. Según los Rollos encontrados en el mar Muerto, el número de personas de la casa de Jacob fue de 75, no de 70, corrigiendo así un error de copia introducido por un escriba y demostrando que, la cifra dada por Esteban (70) era la correcta.
Sin duda, la arqueología es útil para el estudiante de la Biblia porque amplía sus conocimientos sobre las condiciones de vida, costumbres y lenguas. Es por ello que, los registros de la Biblia no se pueden considerar mitos o leyendas pues son fiables y creíbles.
*Imagenes referenciales.