La misionera Allie Candler hoy tiene 107 años de edad y continúa cumpliendo su llamado al ministerio, compartiendo el Evangelio a la mayor cantidad de gente que sea posible.
Desde un inicio Allie Candler, se comprometió a servir al Señor para una vida dedicada al Evangelio y a la obra misionera. Tomó la decisión de convertirse en misionera en 1932. “ En día de mi conversión una voz me dijo que no entregara mi vida a Cristo. Era el diablo queriendo que yo desista del llamado de Dios, pero reprendí al enemigo enfáticamente", dijo Candler a Baptist Press.
Comenzó como misionera de la Iglesia Bautista del Sur en Virginia. Después de varios años se retiró oficialmente y en 1974, continuó sirviendo a los habitantes del pueblo de Appalachia, actuando en jornadas de evangelismo. También sirvió en la Junta de Misiones Internacionales en Kobe, Japón.
Hoy, 85 años después, ese llamado se ha mantenido firme. Incluso en su comunidad de jubilados en Laurens, mantiene su vigorosa defensa y promotora del trabajo misionero. "Dios me llamó. Cuando Dios llama a alguien, es mejor escuchar”, dijo Candler.
El compromiso de Candler con las misiones se remonta a sus raíces familiares. Ella creció en una familia cristiana. Dos de sus hermanos se convirtieron en predicadoras, y su hermana menor se casó con un pastor. El consejo de Candler para honrar a Dios y vivir muchos años, es hablar a la gente del amor de Jesús.