Nació con una grave discapacidad, nadie creía que Melissa Davert sería capaz de graduarse de la universidad, casarse y tener hijos. Pero su fe y el plan de Dios para su vida, derrumbaron todos los estereotipos.
Nació con una grave discapacidad, nadie creía que Melissa Davert sería capaz de graduarse de la universidad, casarse y tener hijos. Pero su fe y el plan de Dios para su vida, derrumbaron todos los estereotipos.
Melissa nació en Michigan, Estados Unidos, con osteogénesis imperfecta, conocida también como la enfermedad de los huesos de vidrio. A pesar de sus múltiples limitaciones para tener una vida normal, siempre fue incentivada por su familia a gozar de una ordinaria.
La constante ayuda de sus padres, edificaron en Melissa una fe inquebrantable. "Siempre que empezaba a sentirme triste o sentir pena, mis padres decían que existía un propósito, que ahora no lo puedo entender , que sólo necesitaba tener fe y confianza en los planes de Dios", contó Melissa en un vídeo difundido en Facebook.
Aquel calor de hogar cristiano, llevaron a Melissa a adquirir su propia experiencia con el dador de la vida. “Una noche me rompí un hueso. Yo estaba acostada en la cama y oré a Dios , por la mañana ya todo había cesado. A partir de ahí entendí que Él está conmigo. ", cuenta.
Después de concluir la secundaria, Melissa se graduó en Administración de Empresas y al transcurrir el tiempo, Se casó con Ken Davert. Después de sufrir un aborto, Jamás imaginó en quedar embarazada. Pero la noticia llegó, la pareja fue sorprendida con la llegada de gemelos.
Después de realizar nuevos exámenes y, en medio de la preocupación por la salud de sus hijos, Melissa eligió mantener la vida de los niños y confiar en Dios. Después de 32 semanas, Melissa dio a luz a los gemelos Michaela y Austin, que hoy ambos tienen 17 años.
Michaela es estudiante de Marketing y tiene más de 30 mil inscritos en su canal en YouTube. Austin estudia en el área de medicina y trabaja como voluntario en un hospital."Somos tan bendecidos. No tenga lástima de nosotros. "Tenemos una vida óptima", dijo Ken. "Estamos agradecidos por las cosas que el Señor nos ha dado". Concluye Melissa.