?El terrorista gritó que tenía que convertirse al islam. Pero mi padre dijo que no. Luego le dispararon.?, cuenta Mina, hijo menor de Ayad, tras ver morir a su padre por no negar a Cristo.
La primavera pasada, militantes de ISIS dispararon contra vehículos que transportaban a los cristianos hacia la iglesia en la provincia de Minya, en Egipto. Murieron alrededor de 28 personas incluyendo niños y 23 resultaron heridos.
?Vea también: 28 Cristianos mueren en Egipto al ser atacados en un autobús
“Mi papá conducía con nosotros y algunos de sus colegas. Íbamos rumbo a la iglesia cuando escuchamos gritos. Los terroristas sacaron a todos los hombres del autobús y les dijeron que confesaran el islam como su religión. Si se negaban, les disparaban.”, continuó Mina.
Uno a uno, los cristianos varones fueron obligados a salir del auto. Todos eligieron a Jesús por encima de sus vidas. Cuando no quedaba ninguno, los terroristas descubrieron a los niños.
“Mis niños me contaron que se escondieron detrás de los asientos cuando escucharon los gritos. Tenían tanto miedo”, relata la madre de Mina. Umno de los atacantes disparó contra los niños, pero falló. Entre risas y armas, uno de los terroristas le dijo al otro: “Déjalos vivir para que cuenten lo que acaban de ver.”
Los dos hermanos quedaron pasmados. Sin saber conducir subieron a la camioneta y la trajeron hasta donde estaba su padre, Ayad, quien aún estaba vivo y malherido. Se acercaron a él, pero sus últimas palabras fueron que se alejen y busquen a su madre.
Mina y Marco, de 14 y 10 años, aún sueñan con aquel día tenebroso en que su padre fue asesinado por defender su más grande tesoro: su fe en Jesús. Aunque les arrebataron a su padre, ellos son fieles a la Palabra de Dios junto a su madre, quien espera algún día volver a encontrarse en el cielo con su amado esposo.
Fuente: OpenDoors